IR A TERAPIA ES COMO IR A LA CASA DEL ÁRBOL
 

Adentrarse en la terapia es como encontrar un refugio acogedor en la morada de un árbol. Al igual que cuando éramos niños y disponíamos de ese rincón especial, este espacio terapéutico nos brinda una nueva perspectiva, una mirada fresca hacia las situaciones que pueden estar causándonos inquietud y perturbando nuestra paz interior.

​

En este refugio entre las ramas, encontramos el espacio para respirar de manera más plena, y nuestros pensamientos se tornan cristalinos, como las hojas que destilan oxígeno. Nos alzamos sobre la rutina diaria, disfrutando de la amplitud que se despliega bajo nuestros pies.

​

Este espacio se convierte en nuestro propio mundo, un lugar donde podemos ser auténticos, dejando atrás las máscaras que solemos llevar en el mundo exterior, revelando con confianza nuestros secretos, anhelos y sueños más profundos. Inspirado en la Terapia Humanista Gestalt, mi enfoque terapéutico busca unir la empatía y la escucha activa, tal como propuesto por Carl Rogers, el padre de la psicología humanista. Esta técnica forma un vínculo terapéutico que te brinda el espacio propicio para expresar tus zonas vulnerables con total confianza, sabiendo que serás sostenido en cada paso.

 

Además, esta travesía se nutre de la filosofía de Fritz Perls, el creador de la Terapia Gestalt. Siguiendo sus enseñanzas, consideramos la experiencia presente como una fuente valiosa de autoconocimiento y sanación. Desde esta perspectiva, exploramos la integración entre pensamientos, emociones y acciones para comprender tu ser en su totalidad.

 

Es también una plataforma ideal para observar la vida que continúa fluyendo bajo las hojas. A menudo, una nueva perspectiva sobre una situación es justamente lo que necesitamos para abordar una pregunta, resolver un desafío o vislumbrar lo que hemos estado pasando por alto. Al bajar de este refugio, emergemos de nuevo en el mundo, revitalizados, con la mente más clara y, en ocasiones, llenos de inspiración.

 

Si alguna vez experimentaste la sensación placentera de una casa en el árbol en tu infancia, un escondite donde ordenabas tus pensamientos y recargabas tu energía de manera instintiva, y ahora buscas ese espacio íntimo, te invito a mi propio espacio. Un refugio seguro, envolvente y lleno de amor, donde puedes ser auténtico y explorar tus vivencias desde una perspectiva distinta.

 

Este proceso requiere que reserves un día y una hora cada semana. Con constancia y valentía, acompañado por mi guía basada en la Terapia Humanista Gestalt, comenzarás a reconocer y sanar aspectos de ti mismo.

 

Si sientes que este enfoque resonante te llama, te invito a ponerte en contacto conmigo para programar una sesión, ya sea en persona o en línea. Juntos, daremos paso a un proceso que te llevará a un mayor entendimiento, crecimiento y sanación.